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jueves, 31 de marzo de 2016

Una canción con nombre de varón.

Estaba escuchando a Jorge Drexler,  suelo dejar que el azar me lleve a las canciones y así siento que las re-descubro. Es como mirar fotos, siempre hay un detalle que aflora con fuerza.
La causa casual me dejó boba cuando empezó a sonar Raquel. Dije: "Raquel es un nombre algo antiguo, de hecho... los Auténticos Decadentes supieron hacer la mítica canción que se convirtió en el clásico de los carnavales carioca en la que Raquel es también protagonista.

Como es de costumbre, mi mente voló.
De repente, me pregunté: ¿Existe una canción hecha por una mujer que tenga nombre de hombre?

Me arriesgo a decir que no. Las canciones de mujeres hablan del hombre como se nombra un medicamento genérico.  El macho alfa, el de las manos grandes, el fuerte, cuando no, el mentiroso inescrupuloso bla bla bla.

En cambio "ellos" le escribieron a María,  Raquel, Daiana, Carol, Isabel, Natalie, Carolina, Elisa... y me pasaría horas citando títulos de los más variados estilos musicales.

Se ha planteado en mi una gran duda. ¿Acaso las mujeres, pícara o hábilmente,  escriben impersonalmente a fin de no tener que dar cuentas y por qué no, quedar bien con varios en distintos momentos? ¿Será que los hombres pueden poner el nombre de una mujer a una canción porque han conocido un acto de amor que inspira esa gratitud? ¿ Será que los hombres no llegan a generar un amor así de "grande"?

La duda está planteada. Voy a hacer una canción con varios nombres de hombres. Algo así como un aporte afectuoso.

miércoles, 30 de marzo de 2016

La luz que habita en la oscuridad

En completa oscuridad respiró profundamente, sintió por primera vez que había terminado definitivamente un cuento agónico en el que no había dragones, princesas ni caballeros. 
En completa oscuridad, escuchó su sollozo, sus latidos, su propia respiración y sintió que sus piernas temblaban como si hubiese terminado una feroz huida. 
Es que nunca antes se había sentido tan presente la vida, los sueños caían al suelo como pétalos suicidas y ardían las huellas de las caricias que supieron nacer algún lejano día.

En completa oscuridad se compadeció de haber plantado esperanzas en tierras con tanta sequía, le dolió el tiempo que había pintado todo de blanco y se dejó caer al suelo como cae un diente de león cuando lo abate alguna lluvia imprevista. 
 Sintió sus latidos, se tocó el pecho y supo que, a veces, latir no es sinónimo de vida. Que es necesario tirar flores en el río y lamer algunas heridas, que el tiempo es sabio como dicen los abuelos y que lo que duele, algún día ya no dolerá aunque difícilmente se olvida. 

 En completa oscuridad se animó a tararear canciones que caían como hojas de otoño a su mente vacía, todas hablaban de anhelos, de conquistas de reinos que tenían coronas de espinas. Y se vació de esperanzas que se sabían muertas antes de que nadie las pariera. 
 El cielo se pintó de rojo, la luna tímidamente invadía los rincones de su alma y vio nubes pasajeras y estrellas que se apagaban y caían. 

 En completa oscuridad entendió que el ciclo se mueve aunque uno se hunda en una desastrosa agonía, y supo que habrá hojas blancas en las que quepan historias nuevas que tengan actores vivos, sanguíneos, combativos y fugaces, que habrá una nueva oportunidad, o quizás muchas, en las que cada día se repita en silencio que abandonar una pelea no es pecado, que abrazarse con el alma a un sueño es tan útil como abrazarse a una huida... que son los riesgos que corren los que sienten y apuestan todo lo que tienen. 

A veces, renunciar, es la mejor forma de derrotar a la mentira. 
Guada

miércoles, 16 de marzo de 2016

Atemporal

¿Cuántas veces podemos borrar la hoja?
¿Cuántas, sin que la hoja se rompa?
¿Cuántas, sin que ya no sea posible escribir?

¿Cuántas veces podemos soñar exactamente lo mismo?
¿Cuántas, sin que nada cambie?
¿Cuántas, sin que haya intenciones que se duerman eternamente?

¿Cuántas veces podemos volver al mismo lugar?
¿Cuántas, sin que nos aburra un paisaje que no tiene nada que dar?
¿Cuántas, sin que nos hiera vivir mirando un camino por el que ya no va a llegar?

Habrá siempre un rincón en el alma que guarde eso que no fue.
En mi vida, en la tuya, en la de ese que haya entrado aquí sin saber por qué.
Habrá siempre un recuerdo que habite en un espacio oscuro de la conciencia,
al que todos volveremos cuando creamos que se nos agota el tiempo y dejamos pendientes...
un lugar al que volveremos definitivamente cuando los años nos muestren que
el corazón es un salón para guapos que arriesgan aún cuando saben que van a perder.

Gracias por leerme.

Guada Michaelis

domingo, 6 de marzo de 2016

Susceptibles

Benditos seres humanos.
Variados, distintos,
humanamente distantes.

Benditos hombres,
llenos de apellidos y etiquetas.
Perturbados por ser aceptados por el mundo,
cuando aún,
no se se aceptan ellos mismos.

Benditos humanos,
coleccionistas.
Ellos, que eligen objetos caros
y relaciones baratas.
Ellos que aprenden de memoria
el manual de lo absurdo
y lo repiten en silencio
hasta con la cabeza en la almohada.

Benditos hombres burlones,
despiadados con lo ajeno,
benevolentes con lo propio.
Abusivos de la nobleza ajena,
ventajeros hasta para respirar.

Benditos hombres,
miedosos,
siempre con pánico de perder
aunque no puedan decir bien qué.

Benditos hombres sin paz.
Sin dignidad.
Sin bondad genuina.
Sin humanidad.

Que tu apariencia no te robe la oportunidad de despertar.

Guada

viernes, 4 de marzo de 2016

Los cambios

Tiras tres monedas al aire y le preguntas al I ching Cómo será el fin...
Así recita la canción.

La casualidad (o la causalidad) me depositó hace 5 días en una librería.
Ante mis manos, un libro para conectar con uno mismo. Un libro que orienta.
El libro de los cambios.

Nunca creí en las casualidades.
Las respuestas están en nosotros. Por algo estamos donde estamos. Por algo existe lo que llamamos "accidente". Por algo, tarde o temprano sucede lo que debe suceder.

Es que... el ser humano en sí mismo es un templo, es su propia religión y solo sabiendo a dónde quiere llegar humanamente,  sabrá andar el camino. En el "mientras tanto" decorará con títulos, deportes, viajes y salidas el tiempo que le lleve llegar a la meta.

Nada es más sano que un corazón que ama sinceramente y que puede apoyar la cabeza en la almohada con la seguridad de que su única obligación en las horas de descanso es #Soñar.

Guada.

jueves, 3 de marzo de 2016

Me voy por vos o te vas por mi?

Me voy porque te quiero cuidar.
Me voy porque merecés algo mejor.
Me voy porque no soy suficiente.
Te vas porque no me querés lastimar.
Te vas porque es lo mejor para los dos.
Te vas porque en este momento, simplemente no.

El ser humano somete sus decisiones a las justificaciones más imprudentes. Imprudentes porque cuando uno se acostumbra a ponerse el traje de héroe,  se cree el papel y se convence de que sus NO decisiones son resultado de maduración.

No se bien cuál es ese momento en el que un "adulto" deja de soñar.  No se tampoco cuáles son los motivos por los cuales dejamos de lado esa idea primitiva y sanguínea que asevera que "si se hace con el corazón, está bien".

Apartarse no es una solución si lo que queda en el camino son "pendientes"... si lo hacemos, nuestra mochila se llena de piedras que nos van a hacer tropezar una y otra vez, nos van a hacer pesado y poco feliz el camino.
Y la vida... la vida es otra cosa.
No se bien qué,  pero es una elección nuestra cómo verla, cómo vivirla y cómo darle sentido hasta convertirla, "casi", en una marca suave, indeleble y eterna.

Guada